Cosas que me alegran de ser muggle

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Tenemos que reconocerlo, todos queremos ser magos o brujas. Ese sentimiento lo tenemos desde que leímos los libros de Harry Potter, ¿Verdad?. Pero… ¿Qué pasa si te digo que hay cosas que me alegran de ser muggle? Cosas que hoy conocerás y que seguro que a ti, también te alegran.

Cosas que me alegran de ser muggle

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Cosas que me alegran de ser muggle 3

1. Nadie trata de matarme en mis notas finales

La temporada de examenes finales ya es muy estresante. No quiero imaginar tener que hacer malabares con amenazas de muerte además de eso. No sé cómo lo logran los Ravenclaw, dado que ven los estudios como una prioridad tan alta.

2. No tendré que enfrentarme a arañas gigantes, ni serpientes gigantes.

Claro, hay algunas serpientes y arañas grandes en el mundo muggle, pero las acromántulas y los basiliscos son mucho, mucho, pero mucho mucho más grandes. Además, en el mundo muggle cualquier serpiente venenosa con una pala te puedes deshacer de ella. En el Mundo Mágico es algo más difícil poder deshacerse de una araña gigante o un basilisco.

3. Si me enfado, nada correrá peligro

Puede que tengas el peor carácter del mundo, pero eso no hará que por tu enfado transfigures a tu madre de forma accidental, envenenes a tu hermano pequeño o hagas desaparecer un vidrio con una Boa constrictor de 9 metros paseándose entre la gente.

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Cosas que me alegran de ser muggle 4

4. Mi vida no corre peligro mientras hago mi deporte favorito

Que en un Mundo el deporte más famoso, más divertido y que más adeptos tiene sea uno que te puede destrozar una bola que su misión es tirarte de una escoba a 60 metros de altura es… ¿Preocupante? Es cierto que en el mundo muggle puedes sufrir una rotura, pero… No es el mismo riesgo, ¿Verdad?

Además, otro de los accidentes del Quidditch eran las desapariciones misteriosas y de varios meses al otro lado del mundo. De eso que me libro como muggle.

5. No necesito pronunciar un lugar para viajar allí.

He masacrado tantos nombres en mi vida, pero aún pude comprar boletos para volar allí. Todo lo que tenía que hacer era escribir el nombre en Google. Si tuviera que viajar por flú en polvo, termino intentando ir a Weimar y terminar en Walmart. Esa no es realmente mi idea de unas vacaciones divertidas.

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6. Mis padres no pueden enviarme un Howler.

Mis padres pueden gritarme por cometer un error en la vida. Pero para hacerlo, tienen que llamarme y puedo atender esa llamada en privado o puedo ignorarles. Sin embargo, con un Howler, mis fracasos serían expuestos para que todo el mundo los viera. Hablamos de humillación pública. ¿Por qué alguien los inventaría?

7. No tengo que arriesgar mi vida para conseguir mi dinero

Me encantan las montañas rusas, esa descarga de adrenalina es algo sensacional. Pero cuando voy al banco lo único que quiero es sacar el dinero e irme. Y no que marearme en un viaje interminable a muchos metros bajo el suelo. Cosa que si sucede a los magos y brujas que desean sacar su dinero mágico.

8. Ningún libro ha intentado comerme

Amo los libros. ¿Qué potterhead no los ama? Uno de mis sueños es tener una enorme biblioteca en mi casa, evidentemente en mitad de ella estará mi colección completa de libros de Harry Potter. No obstante, no me agrada la idea de que exista un libro capaz de morderme.

Estudiar es agotador y también muy sacrificado, pero si encima el libro tiene enormes dientes que en un descuido te puede morder… ¡Prefiero un libro muggle! Digamos que son más tranquilos.

9. Las escaleras del colegio no se mueven

Hay varios edificios tanto universitarios como de estudios primarios que ya son confusos a la par que antiguos. No necesito que sus enormes escaleras cambien a su antojo. ¿Te imaginas tener prisa por ir al baño en unas escaleras que lo mismo te llevan al aula de tu crush? No, gracias.

10. Comer un dulce no me convertirá en un canario.

O cualquier otra cosa, para el caso. Sé que Ojoloco Moody predica «Vigilancia constante», pero prefiero no tener que ser paranoico cada vez que como. En el mundo muggle, la comida es solo comida. Puede que no siempre sepa bien, pero al menos sé que no empezaré a sentir como me crecen las plumas.

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