Imperius

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La maldición Imperius, o también conocido como el maleficio controlador, maleficio Imperius o Imperio, es un encantamiento de magia oscura y uno de los hechizos más poderosos e infames que existen en el mundo mágico.

Siendo declarados como una de las tres maldiciones imperdonables, en conjunto con Cruciatus y Avada Kedavra.

Cuando el hechizo es lanzado eficazmente, somete a la víctima en un trance donde se encuentra en absoluto control de quien lo lanzó, sin embargo, la víctima puede resistirse a ella solo si cuenta con una fuerza de voluntad impresionante y pueda resistirse a los efectos de la maldición.

La maldición Imperius es la única entre las tres maldiciones imperdonables que puede ser contrarrestada, siendo esta la menos perjudicial de las maldiciones para la víctima, pero si el usuario es inexperto con la maldición puede causar daños irreversibles muy graves, como trastornos psicológicos y pérdida de la memoria completa o temporal.

Historia de la maldición Imperius

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El maleficio Imperius se originó a principios de la Edad Media por brujas y magos tenebrosos, con la finalidad de que sus víctimas hicieran los que les plazca y lavarles el cerebro para mantenerlos bajo esclavitud.

Cuando el Consejo de Magos fue restituido y cambiado por el Ministerio de Magia, se impusieron reglas específicas sobre magias en particular, para evitar que los magos las siguieran utilizando a diestra y siniestra sin ninguna repercusión.

Fue calificada como una Maldición Imperdonable junto con Avada Kedavra y Cruciatus, y castigada con una condena de por vida en Azkaban, una prisión mágica de máxima seguridad si era usaba sobre seres humanos.

La única forma de evitar la sentencia de esta maldición era que hubiese pruebas suficientes de que estaban siendo controlados por ella, excusa que utilizaron muchos mortífagos para evadir su condena, mayormente cuando fueron capturados durante la Primera Guerra Mágica.

En el pasado muchos Guardianes Secretos fueron torturados y controlados a través de las maldiciones Cruciatus e Imperius con la finalidad de que revelaran los secretos que en su alma escondían, pero todos ellos sin éxito, pues tenía que hacerlo por voluntad propia y no bajo influencia de un hechizo revelador.

Muchos mortífagos durante la Primera Guerra Mágica, como en el caso de Walden Macnair y Lucius Malfoy, se excusaron diciendo que habían sido controlados por el maleficio Imperius de manos de Lord Voldemort para librarse de su condena.

Estas excusas fueron aceptadas y aunque el Ministerio de Magia se encargó de preparar un grupo selectivo para definir quién estaba siendo controlado por el maleficio y quién no, Macnair y Lucius Malfoy lograron evadir su pena de prisión mediante mentiras y excusas, logrando salir ilesos de toda culpa.

Barty Crouch también levantó todos los cargos de las maldiciones imperdonables durante la Primera Guerra Mágica para que pudiesen combatir los aurores a los mortífagos con ellas, dando la victoria contra Lord Voldemort. Una vez terminada la guerra, fueron sancionadas nuevamente.

¿Cómo resistirse a la maldición Imperius?

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Resistirse a la maldición Imperius es posible, pero requiere de una fuerza de voluntad increíble para lograrlo, de hecho, en el año escolar 1994-1995 Barty Crouch Jr. disfrazado de Alastor Moody demostró a los estudiantes el hechizo con pruebas con arañas, también con el hechizo Cruciatus y Avada Kedavra.

Comentó que tenía permiso para someter a los estudiantes bajo el control de la maldición como prueba de qué tan resistentes eran a los efectos de dicho hechizo, y aunque todos ellos cayeron en su hipnosis, como en el caso de Neville Longbottom, que hizo una serie de maniobras gimnastas maravillosas con el poder del maleficio, Harry Potter fue capaz de resistirse al poder de la maldición y no fue sometido a la influencia del hechizo.

Los mortífagos aprovecharon esta maldición para someter a personas inocentes a realizar actos que ellos requerían para salir ilesos de toda culpa, como en el caso de Lucius Malfoy, que sometió a su control a Sturgis Podmore y Broderick Bode para que ambos robaran una profecía del Departamento de Misterios.

Harry Potter también utilizó este hechizo, en el banco de Gringotts sobre duendes para poder ingresar a la bóveda de Bellatrix Lestrange y poder obtener la Copa de Hufflepuff sin ser vistos.

Efectos de la maldición del control

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A diferencia de las demás maldiciones imperdonables que dejan un horrible rastro de dolor y muerte a quien es usada, quienes están sometidos por la maldición Imperius sienten una sensación agradable y entran en un trance de paz interior donde todos sus problemas y preocupaciones se disipan, permitiendo al usuario utilizarlos a placer, solo cuando la maldición es usada correctamente.

Quienes caen bajo la influencia de Imperius son capaces de realizar actos tales como robo, asesinato y hasta suicidio, llegando a ocasionar grandes problemas.

El usuario puede proveer de distintos dotes y habilidades físicas y mágicas a la víctima para poder llevar a cabo la tarea, puede obtener fuerza sobrenatural o puede correr a increíbles velocidades, puede elevar su nivel mágico y combatir a magos poderosos.

Sin embargo, si la maldición se ejecuta mal, puede dejar daños irremediables en la mente del objetivo, provocándole demencia y perdida de la memoria.

La persona que se encuentra bajo el control del hechizo puede poner a otros de igual forma en el control del usuario, creando así una fila de personas en su poder que puede utilizar para derrocar un poder completo sin involucrarse y sin oponer resistencia.

Una técnica similar a la resistencia de la maldición es la Oclumancia, la cual permite bloquear su mente y sentimientos a quienes intenten acceder a ella, hasta ahora no se ha puesto a prueba y se desconoce si funciona para evitar caer bajo los efectos del maleficio.

Cuando los efectos de la maldición se terminan, que puede llegar a pasar solo si el usuario cancela el hechizo o muere, la víctima recupera la consciencia y no recuerda nada en absoluto de las cosas que ha hecho, dejando en él una sensación de satisfacción y olvidando todos los dolores y sufrimientos pasados.

La persona puede incluso asesinar familiares y amigos y no podrá recordar nada de ello.

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